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Especial: Revoluciones Políticas contra el Estalinismo

09/26/2024

En su análisis del carácter de la ex URSS, degenerada burocráticamente bajo el régimen estalinista, el revolucionario ruso León Trotski propuso: “El pronóstico político tiene un carecer alternativo: o la burocracia se transforma cada vez más en órgano de la burguesía mundial dentro del Estado Obrero, derriba las nuevas formas de propiedad y vuelve el país al capitalismo; o la clase obrera aplasta a la burocracia y abre el camino hacia el socialismo”.

Concretamente, «sólo el levantamiento revolucionario victorioso de las masas oprimidas puede regenerar el régimen soviético y asegurar la marcha adelante hacia el socialismo” (Programa de Transición, 1938).

En otras palabras, la única forma de impedir la restauración del capitalismo y, con ello, defender a la URSS, pasaba por la victoria de una revolución política que “aplastase” a la burocracia estalinista y la extirpase del poder del Estado soviético, sin modificar con ello las relaciones de propiedad no capitalistas conquistadas por la Revolución de Octubre de 1917.

La insoportable opresión estalinista hizo que las revoluciones políticas no tardaran en estallar, principalmente en los países ocupados por el Ejército ruso luego de la Segunda Guerra Mundial (Berlín Oriental, Hungría, Checoslovaquia, Polonia). En esos procesos, la clase obrera y las masas populares expresaron enorme heroísmo al enfrentar, casi desarmadas, a la segunda potencia militar del planeta. Sin embargo, todas esas revoluciones fueron derrotadas por la feroz represión ordenada desde Moscú y por el papel conciliador de sus propias direcciones. Así, como planteó Trotski, la “vuelta del país al capitalismo”, a manos de la propia burocracia, tarde o temprano, sería un hecho.

En los artículos que socializamos en este especial, ofrecemos un relato y una explicación marxista de las causas, la dinámica y las consecuencias de las revoluciones antiestalinistas en el Este europeo y en la ex URSS.